Hola amig@s:
En mayo me encargaron para una comunión, una tarta muy especial. La niña que la celebraba le tenía mucho cariño a unos ositos que tenía desde que era un bebé y me pidió si podía hacer la tarta lo mas parecida a sus peluches.
Dicho y hecho. Horneé los bizcochos de natillas de chocolate. Los recorté y les dí la forma de oso (mas o menos).
Bañé el bizcocho con almíbar de canela, y los rellené con crema de galleta maría. Para hacer los brazos y las piernas, desmigué los recortes de bizcocho y los mezclé con mas crema, y después los amasé.
Ya sólo me quedó cubrirlo todo con buttercream de chocolate y ponerles los detalles.
Con fondant, modelé los dos ositos pequeños, y ya me quedó solo colocarlos en el regazo del oso grande.
¡Y ya!
Me dió mucho trabajo pero la satisfacción al verla terminada fue increíble.
Pero lo mejor de todo fué cuando la niña vió su tarta. Se puso a llorar, emocionada. Eso significa que lo hice bien.
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